viernes, octubre 05, 2007

Ana


Cuando recién la conocí, me encantó, su sonrisa, fue lo primero que llamó mi atención, los ojos, llenos de luz, con un dejo de soledad y una chispa de inocencia que cubría a través de comentarios con humor ácido, de esos destinados a pocas mentes, a pocas almas, a pocos, muy pocos realmente…


Así era cuando la conocí, cuando juntos disfrutamos de una charla de amigos, incluso sin serlo entonces, cuando nos dijimos cosas, esas que sólo se las puedes decir a quienes tengan un aura de compatibilidad con alguna parte de ti, ¿qué sea?, sólo el tiempo lo diría.


Ana, me dijo…


Busqué pretextos, me gusta pensar que ambos lo hicimos, era necesario verla de nuevo, sentirla cerca, platicar con ella, descubrirla más, conocerla, escribir sobre ella, soñarla, oler su cabello, sentir su piel y vibrar con su aroma, era urgente, inaplazable.


Y fue así, con una cena, luego dos, luego el cine, las charlas, los sueños, las horas de un intercambio no sólo de miradas, también de sueños, esperanzas, historias, humores, sonrisas… que terminaban porque había que llegar a casa.


Desde el carro, la despedida, el saludo temeroso, cuasi-puberto, al mamá y al papá, ¿Quién es?, Un amigo…


Hasta que una noche, se dieron los abrazos, la búsqueda de un nirvana para estar mejor, de un lugar para nosotros, del tú y yo, los dos, solos, nadie más…
Un beso…, así fue.


Las caminatas, las comidas, cenas, cine, risas, el tomarla de la mano, sentirla cerca, brillar, me hace reír, mucho, es fascinante, una inteligencia adorable y envidiable, un alma enorme, que en su sonrisa aparece, deberían ver lo mismo que yo.


Dios mío, la descubro y me sigue gustando, me enamoro y temo perderla, tengo miedo a meter la pata, no se como reaccionar.


Cuando platicamos, es todo, es así, hermosa, incluso cuando esta molesta, y no te dice, pero sus reacciones y gestos son suficientes, no necesita.


No es ni bruja, ni tiene el cabello feo, es hermosa y me trae loco, la sueño, la amo, la adoro, despierta a mi lado, incluso sin estarlo, la pienso tanto que no se si le deje un segundo para trabajar.


Algún día, espero, sentarme a su lado y ver la historia, platicar como aquella tarde, cuando descubrí sus ojos, su sonrisa y que me enamoraría de su piel, su aroma, sus gestos, ojos, risa, cabello, voz y de esa inocencia que esconde a través del humor, que la identifica y que la hace ser más especial para mí, porque ¿saben?, hoy me siento feliz.


Ana, me dijo… y fue suficiente para mí.

1 comentario:

Girlmaxin dijo...

oorale que padre que estes tan enamorado verdad que el amor es maravilloso?
te deseo mucha suerte bye